Entre las muchas rosas que puedes cultivar en el jardín, está la Rosa canina, una variedad sobre la que hoy posaremos la lupa.
También conocida como rosal silvestre, escaramujo o agavanzo, la Rosa canina pertenece a la familia de las Rosáceas aunque debe su particular nombre a la forma de sus aguijones, que son similares a las de los dientes caninos de los perros. También se dice que esta planta era utilizada para curar la rabia.
Revisando la planta
La rosa canina es un arbusto perenne que presenta tallos de color verde y aguijones curvos y fuertes. Sus hojas son compuestas y se presentan de a dos o tres pares y las flores crecen aisladas o en grupo, formando corimbos de hasta 4 ejemplares. Pueden ser de color rosa o de un delicado blanco. Cada flor tiene entre 4 y 5 cm de diámetro y varios estambres.
La planta alcanza una altura de hasta dos metros y los frutos de la rosa canina son de un color rojo intenso.
Propiedades de la planta
Se sabe que la rosa canina tiene grandes virtudes para la salud. Tiene propiedades digestivas y antiinflamatorias y puede utilizarse como colirio natural para los ojos y también como un efectivo laxante.
También aporta vitamina C y tiene efecto tranquilizante además de ser un gran astringente en casos de diarrea. Sin embargo, la rosa canina es también conocida por ser un potenciador sexual.
La alta presencia de taninos ayuda a cuidar la piel y es por eso que es un ingrediente utilizado por la industria cosmética.
El artículo La rosa canina ha sido originalmente publicado en Jardineria On.