Hay muchas plantas que pueden sernos de mucha ayuda para tener una mejor salud o para, simplemente, poder tener una calidad de vida buena. Una de ellas es la que se conoce como la planta insulina, y es muy interesante.
Además, no es muy difícil de cuidar puesto que tiene el tamaño perfecto para cultivarse en maceta. ¿La conocemos?
Origen y características
Nuestra protagonista es una planta carnosa originaria del este de Brasil cuyo nombre científico es Chamaecostus cuspidatus, aunque se conoce más como planta de insulina, Fiery Costus o Spiral Flag. Crece hasta alcanzar una altura de 70 centímetros, y sus hojas están dispuestas en espiral. Estas son simples, enteras, de color verde. Las flores son naranjas y miden unos 2 centímetros.
Como habrás podido intuir, sus propiedades medicinales son muy buenas para aquellas personas cuyos cuerpos no producen insulina. Y es que solo hay que coger algunas hojas y ponerlas en infusión después de consultar con un médico. Pero, ¿cómo tener la planta sana?
¿Cuáles son sus cuidados?
Si te animas a hacerte con un ejemplar de planta insulina, te recomendamos proporcionarle los siguientes cuidados:
- Ubicación:
- Exterior: en semisombra.
- Interior: ha de estar en una habitación luminosa, lejos de las corrientes de aire.
- Tierra:
- Maceta: sustrato de cultivo universal mezclado con un 30% de perlita.
- Jardín: la tierra ha de ser fértil, con buen drenaje.
- Riego: frecuente. Por lo general se ha de regar 3-4 veces por semana en verano y algo menos el resto del año.
- Abonado: desde comienzos de primavera hasta finales del verano con abonos ecológicos una vez al mes.
- Multiplicación: por semillas y esquejes en primavera.
- Rusticidad: no resiste el frío ni las heladas. Si la temperatura baja de los 10ºC se debe de proteger en un invernadero con calefacción o dentro de casa.
¿Qué te ha parecido la planta de insulina? ¿La conocías?
El artículo Planta insulina (Chamaecostus cuspidatus) ha sido originalmente publicado en Jardineria On.