Nuestro protagonista de hoy es uno de los árboles frutales que no deben de faltar en tu patio, terraza o, por supuesto, en el jardín. Sus pequeños frutos, los cuales recuerdan a las naranjas, no sólo son decorativos sino que también pueden calmar, al menos momentáneamente, el estómago.
Descubre cómo cultivar un naranjo chino.
Este pequeño arbolito, ideal para tener en maceta, debe de estar ubicado en una zona donde disponga de luz solar directa la mayor parte del día. Así, no tendremos que preocuparnos de problemas de crecimiento, tales como pérdida de clorofila de las hojas, o la ausencia de frutos. Para el naranjo chino, también conocido como kumquat, es muy importante estar expuesto al sol, y disponer de humedad. De hecho, es poco resistente a la sequía, por lo que los riegos tienen que ser frecuentes, especialmente durante el verano, que es cuando el agua se evapora en cuestión de pocos minutos. Así, lo regaremos unas 2-3 veces por semana durante el periodo estival, y bajaremos a 1-2 por semana el resto del año.
Lo plantaremos con sustrato fertilizado, que puedes adquirir en viveros o tiendas de jardinería. Aunque si quieres ahorrarte unos eurillos, utiliza compost casero; con él te asegurarás de que recibirá todos los minerales que necesita. Cámbialo de maceta cada dos años, en primavera, o en otoño, cuando las temperaturas sean agradables.
El naranjo chino no necesita podas, pero si quieres optar por hacerlo bonsái, debes de realizarlas justo al final del invierno, antes de que se reanude el crecimiento.
Si hablamos de plagas y enfermedades, es frecuente que se vea atacado por pulgones, los cuales se sitúan en el envés de las hojas, y en las flores. Para prevenirlos, hazte con aceite de Neem y pulveriza tu árbol de tanto en cuando, por ejemplo, una vez cada 15 días, especialmente si el ambiente es muy seco y cálido.
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El artículo Cómo cultivar un naranjo chino ha sido originalmente publicado en Jardineria On.