Es fácil pensar que podar un árbol es una tarea sencilla, apenas se trataría de tomar las tijeras o el serrucho y comenzar a quitar las ramas muertas o aquéllas que no se encuentran en buen estado.
Pero ninguna tarea es tan sencilla como parece y por eso hoy nos detenemos en el arte de podar árboles, comenzando por conocer las diferentes podas que los árboles necesitan.
Tipos de poda
La primera de ellas es la poda de formación, aquélla que se realiza durante los primeros años de desarrollo y con el objetivo de ayudar al crecimiento del árbol, guiarlo en su estructura para que así desarrolle ramas fuertes y resistentes, concentradas en la copa para que ésta a su vez esté lejos del suelo.
Esta poda además sirve para darle la forma definitiva al árbol, la que a su vez será conservada gracias a las sucesivas podas de mantenimiento, es decir aquéllas destinadas a eliminar las ramas y las zonas del árbol que estén deterioradas y puedan atentar contra la buena salud del ejemplar en cuestión. Las ramas enfermas o rotas, los chpones y las ramas secas serán eliminadas en esta poda.
A tener en cuenta
La época de poda de los árboles es el invierno pues es cuando se ralentiza el desarrollo y los árboles están en reposo. Hay técnicas específicas para realizar los cortes pues éstos siempre deben estar situados en la base de las ramas pero por encima del cuello, en el lugar preciso en el que no afectan la unión con otra rama.
Los cortes deben ser rectos o en diagonal dependiendo de si las yemas crecen a la altura del tallo o a lo largo de la rama. Para hacer un buen corte, es necesario contar con las herramientas adecuadas, que pueden ser tijeras de poda, sierras, serruchos de poda o cuchillos o navajas de jardinero.
La poda es esencial para cuidar la salud de los árboles pues no sólo ayuda en el buen desarrollo tanto en orientación como en fuerza sino que además favorece la floración y fructificación.
El artículo La poda de árboles ha sido originalmente publicado en Jardineria On.