El ruibarbo es una de esas hortalizas que podemos utilizar cada vez que nuestro sistema digestivo tenga algún que otro problema. Sólo por eso, es muy apreciado y se le cultiva en los huertos. Bueno, por eso y por tener hojas ricas en vitamina C, la cual actúa como antioxidante, ayudándonos a retrasar el envejecimiento.
Ten una de las plantas más interesantes en tu huerto siguiendo nuestros consejos y trucos.
El ruibarbo, o rapóntico como a veces se le llama, es una planta herbácea perenne cuyo nombre científico es Rheum rhabarbarum que crece hasta alcanzar los 3 metros de altura. Sus tallos son gruesos de entre 2 y 5 centímetros de grosor, de color verde o rojo, pueden medir entre los 30 y los 75cm de longitud y es la única parte que se puede comer durante todo el año, ya que sus hojas tienen un alto contenido en ácido oxálico que aumenta a medida que la planta se desarrolla.
Este ácido ataca al esmalte dental, motivo por el cual después de comerlas notamos los dientes ásperos, de ahí que se recomiende consumirlas lo más tiernas posible y siempre con alimentos que contengan calcio, como los productos lácteos.
El cultivo de esta planta es muy sencillo. Lo primero que hay que hacer es sembrar sus semillas en primavera, en semillero o en macetas, para luego pasarlas al huerto o a recipientes mayores cuando hayan alcanzado una altura de unos 5cm. Crece muy rápidamente, por lo que en cuestión de 3-4 meses podrás recolectarla.
Para que tenga mejor sabor, es muy recomendable abonarla con abonos orgánicos, como estiércol, echándole una capa de 2cm de grosor alrededor y mezclarlo luego con la capa más superficial de la tierra. Con esto, y con riegos frecuentes evitando secar el sustrato o la tierra, en menos de lo que crees que tendrás unas preciosas plantas de ruibarbo.
El artículo El cultivo del ruibarbo ha sido originalmente publicado en Jardineria On.